martes, 1 de septiembre de 2009

Sentada en un café


Gabuu...

En una mesa color negro ocre, con las vetas alineadas de una forma impecable, comencé a escribirte. Mientras esperaba mi café, abrí mi alma para plasmar mis palabras en ese pequeño libro de color rosa. La pluma volaba emanando palabras, todas que al ser leídas crees que tomo por lo menos 4 horas, pero solo fueron minutos. Afloraban pensamientos para ti y todo en perfecta sincronía comenzó a mezclarse. El café, se llenaba a ratos y observaban mi escribir, mientras me dejaba envolver en el aroma del café, que tan solo unos minutos atrás había llegado a mí. La mente se me fue al mar de las palabras, recogía cada una que necesitaba y le pegaba en la hoja. Le cogí una por una hasta llenar páginas y páginas. Y cuando necesitaba un respiro, sentía ese aroma del café para volver. Creo que tarde horas en ese volver, pero que más da, era por ti.

Me tengo que ir, el café ya se me acabó.

xoxox

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