miércoles, 6 de enero de 2010

Atardecer de Postres...


¡¡Este cielo es mío!! Mío es su tono anaranjado como la más dulces de las naranjas, más deseable que un apetitoso gajo de esta decorado de merengadas nubes blancas en lo alto de ese firmamento. ¡Quiero de ese postre!

¡Oh! Ahora ah cambiado, ya dejo ser anaranjado y se convirtió en un rosa pálido, pero que cada vez está tomando más intensidad, esta es mi parte favorita. Luce como el corazón de la más deliciosa fresa, cierro los ojos y puedo verlas sobre mí, pero ahora las nubes dejaron de ser de merengue y para esta ocasión son de crema y así poder acompañar a las fresas. Este dura más y no opongo resistencia para que así sea, solo disfruto de este, mi estado favorito del atardecer, el con toque de fresas y crema.

Ya ahora llegamos al último, ya dejo el rosa y toma el purpura en todo su esplendor, pero este es más fuerte y se expande por mucho más tiempo y lugar. Ahora las moras se toman todo lo que mi vista alcanzaba a ver, pero creo que fui demasiado golosa y me comí demás la crema, que ahora casi no queda para comerle. La proporción quedo desnivelada, hay más moras que crema -¡Ups lo siento!-

Me tiendo sobre la arena a observar como en mi cielo las moras se mezclan con un manto lleno de estrellas y pequeñas lucecitas blancas. Goloseé toda la tarde, mi atardecer de postres, endulce de nuevo mi vida con tan solo mirar lo que la naturaleza nos da, es tan simple quitar la amargura si tan solo te pones a observar y fantasear con cosas simples. Lo que es yo, cada vez que la dosis de azúcar en mi vida está decayendo, que casi nunca ocurre, me tiendo ya sea en la arena o en el césped y comienzo a apreciar este que eh denominado yo, mi atardecer de postres.


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