Siento las gotas de la lluvia caer por mi cabello y mezclarse con mis propias lágrimas. Recorren mis mejillas y pasan por mis labios. Siento el sabor dulce de esas gotas de lluvia así como lo salado de mis lágrimas. Percibo el frio calar en cada uno de mis huesos, pero nada me motiva a querer buscar abrigo. Tengo el corazón en el congelador. Por eso más frio no me afecta en lo absoluto. Sigo estática por más de horas mojándome y viendo como la lluvia cae frente a mí. El paragua está en mi mano y ni ganas de abrirle. Está malo, no pudo evitar que me mojara y tampoco lo hará más. Tú que eras mi paraguas y con esto me doy cuenta de que ya no me sirves. Seguiré mojándome victima de las lágrimas de los ángeles que vivir ilusionada de que me protegerás. Ya esta acabó. Este paragua ya no sirve.
jueves, 8 de octubre de 2009
Mi paraguas ya no sirve...
Siento las gotas de la lluvia caer por mi cabello y mezclarse con mis propias lágrimas. Recorren mis mejillas y pasan por mis labios. Siento el sabor dulce de esas gotas de lluvia así como lo salado de mis lágrimas. Percibo el frio calar en cada uno de mis huesos, pero nada me motiva a querer buscar abrigo. Tengo el corazón en el congelador. Por eso más frio no me afecta en lo absoluto. Sigo estática por más de horas mojándome y viendo como la lluvia cae frente a mí. El paragua está en mi mano y ni ganas de abrirle. Está malo, no pudo evitar que me mojara y tampoco lo hará más. Tú que eras mi paraguas y con esto me doy cuenta de que ya no me sirves. Seguiré mojándome victima de las lágrimas de los ángeles que vivir ilusionada de que me protegerás. Ya esta acabó. Este paragua ya no sirve.
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