Me estaban guardando en la cajita para así colocarme en el aparador y todos me vieran luego y ese alguien realmente especial me pudiera comprar, cuando me cogieron de improviso. Como aun no estaba lista, venía desnuda, sin ropas con sentimientos puros y corazón blanco. Poco a poco me vestiste con canciones, me cuidaste con palabras y me alimentaste con mimos…, poco a poco me volvía en una muñeca de colección, linda y única. Que ilusa, eso era, una más de tu colección. De pronto me percaté que todas las muñecas que estábamos ahí, vestíamos parecidas, teníamos características similares y cumplíamos el mismo fin, ser una más de tu colección, una más de tus juguetes. Ahora me doy cuenta porque éramos llevadas una a una por ti y luego regresábamos con un aspecto diferente. Te alimentabas de la vitalidad de cada una, jugabas con nosotras, nos utilizabas para llenarte de nuestro amor e ilusión y cuando te cansabas o ya te saciabas de lo que te podíamos entregar nos volvías al aparador y volvíamos a ser una más de la colección. Todo con lo que llegue ya ahora no está. Se fue mi sonrisa, no existen ilusiones, el amor se disolvió, mi cuerpo está cansado y mis ropas no ocultan lo vana que me siento. Ahora que ya salí de ahí, que me desechaste, se me vienen a la mente aquellos momentos en los que mientras me cogías para admirarme y así entregarte lo que tenía, de esos que si era necesario dejaba de dormir o de respirar para poder ser todo para vos. Ya cansada de todo eso, me iba a descasar pensando en que vos harías lo mismo, pero no era así. Vestías y llenabas de esas mismas cosas a otra de tus muñecas, la anterior a mí. Que boba que soy. No me di cuenta de sus existencias hasta que abrí los ojos. Tengo rabia, quizás y no de vos, sino de mi misma y por dejarme utilizar así. Mientras a mi me hablabas de amor, ese lo sentías por otra. Mientras planeabas un mundo para mi, se lo habías planeado a otra más. Mientras decías pensar y necesitar de mí, lo hacías por otra. Ilusa yo, que pensé que todo lo que decías era para mí, pero no era más que un ensayo para la verdadera dueña de todo lo que sos. Soy una muñeca, con la cual te divertiste, jugaste y disfrutaste de lo que te daba y ahora que no te sirvo y te quedaste con la que deseabas me dejas botada en un rincón, desnuda y sin ganas de que vuelvan a jugar. Ya me fui de tu aparador, pero quedo ahí mi lugar, ese que será ocupado por otra que caiga en tus redes de encantos. Pero con una convicción me voy de ahí…no volveré a ser tu muñeca, dejarme utilizar, ser una más, ni caeré en tus falsos dichos. Ya eso acabó.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Muñeca...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hello friend, have a nice day :)
ResponderEliminar