Camino sin rumbo abriendo puertas de este largo pasadizo y observo un sinfín de cosas que podría llegar a vivir y descubrir ahí, si es que le llego a explorar. Pero no entro, alcanzo a cerrar antes de que me deje llevar.
Vuelvo a caminar sin rumbo sintiendo aromas de épocas pasadas, que me hacen voltear la cara en busca del momento aquel y ya todo lo que había atrás de mi se fue y no queda nada ahí.
Cuando me siento cansada es cuando me recuesto o me siento apoyando mi espalda sobre la pared y al cerrar los ojos ya me encuentro en alguna era ya vivida, en un sentimiento ya sentido.
Abro los ojos y estoy tendida en la arena viendo un gran colchón de nubes en tono gris. Busco el mar frente a mi y no lo hallo ¡¿Qué querrá decir?!
De pronto las nubes comienzan a descender y siento que me quiere envolver.
Cambio de escenario. Ahora las nubes están cubriendo mis pies y las miles de puertas están todas abiertas hacia mi. Desde cada una sale una cálida luz que de alguna forma me da un pequeño empuje a seguir. Un sol brillante sobre mi hace que me sea más placentero caminar y a medida que avanza las puertas detrás se quedan ahí.
De cada una sale una luz y candidez diferente, así como un tono de voz disimil al anterior que escuché emanando desde la puerta ya pasada.
Una bocanada de aire cae sobre mi y una lluvia de hojas es la que me trae de vuelta a mi lecho, del que jamás me moví.
Ha pasado mucho de que no me he sentido así. Pero hoy es diferente, lo he plasmado aquí y hace que me dé cuenta de lo que realmente significa ese sueño en mi.
El pasadizo sin fin, es mi vida y camino a seguir, que se ve seriamente apagado cuando me sumo en la soledad de mis pensamientos, miedos, sensaciones y pesadumbres. Que se ven reflejadas por una sonrisa obtenida a través de quien menos esperas que te la saque.
Es ahí que te sumes en el limbo de cuestionar tu estado anterior y es por ello que finalmente vuelves a tu vida llena de puertas (oportunidades) acompañadas de voces que te invitan a aventurarte a cruzar el umbral, con la diferencia es que te cogen de la mano y te dicen al oído ¡Confio en ti!
¡¿De dónde provienen esas voces?!
¡¿Si más de alguien cree en ti, por qué no hacerlo uno mismo?! ¡¿Si ese alguien de lo que tú no ves, por qué no hacerlo?!
Hoy me duermo con la convicción de que esta meta que comenzó como un sueño, está adelante de mi, al alcance de mi mano y solo debo de creer más en mi...
