Fingir...

Si ves una sonrisa, detente a mirarla, porque puedo estar escondiendo un mar de lágrimas...

Si ves que estoy para todos, es porque en realidad no hay nadie para mi...

Sacando la maleta es que un álbum de fotos cae sobre mi cabeza, comenzando a ojearlo noto una cantidad de experiencias que distan mucho de las actuales. Antes reír era tan fácil, parecía tan simple y cada vez se torna más difícil. Mis ojos no la expresan, mi mirada ahora está contra mi, mi sonrisa es falsa y fingida y lo peor es que nadie cuenta se da.

No lo niego, últimamente tuve la oportunidad de experimentar sonrisas verdaderas, pero lo retraída que mi alma se ha vuelto, me hace a veces perdida.

Se detuvieron incontables veces a tratar de escudriñar entre mis escasas palabras que era lo que me tiene así, pero no pudieron y solo se limitaron a abrazarme, secar mi lágrima y ayudarme a sonreír.

Atrás quedaron esos días en que la vida era un placer vivirla, en donde lo bueno le gana a lo malo, en que prefieres quedarte con lo aprendido que con lo perdido...

Créeme, no soy la única a la que le pasa, ponte en el lugar de que tú mismo lo haz experimentado, en que cuando estas mal y te preguntan algo sobre ti, respondes que todo esta bien y evitas el tema. 

En mi caso, creo que es debido a mi estupidez de creer en que no debo de molestar a los demás con mis cosas, pero ahí es cuando en el momento en que estoy mal me encuentro sola, no porque no haya gente que me quiere, sino porque siempre dí la imagen de que estaba bien y no necesité ayuda. 

Ya he crecido, y creo que a la vez he madurado, por ende sé en quienes puedo confiar y ellos me conocen y al ver mi mirar ya saben que algo anda mal. 
Son ellos los que saben de mi fingir, son aquellos los que descubren cuando está, son los mismos que me quitan la palabra de los labios y luego de quitarme esas sonrisas falsas, mis lágrimas pueden brotar con naturalidad.


Conclusión, todos fingimos por cubrir una necesidad, la mía "aparentar estar bien, cuando en verdad estoy mal"